La primera imagen de un hoyo negro ha sido adoptada como uno de los mayores logros astronómicos de la historia, al abrir más oportunidades para estudiar y entender el universo.

Pero esta posibilidad no se hubiera logrado sin Katie Bouman, una estudiante de doctorado de 29 años, quien a pesar de no ser una astrónoma, ayudó a lograr que el planeta se convirtiera en telescopio virtual que ayudara a captar este fenómeno.

Bouman es una científica de computación que desde hace tres años lidera el desarrollo de un algoritmo que ayudó a capturar el hoyo negro y la sombra cósmica que genera en el centro de la galaxia.

El agujero negro pudo captarse con una red de ocho telescopios en varios puntos del planeta que recopilaron millones de gigabytes de información sobre la galaxia M87 y su hoyo negro utilizando una técnica llamada interferometry.

Sin embargo la imagen aún era parcial y aún había grandes huecos de información necesarios para tener una imagen precisa.

Su participación ayudó a considerar que captar un hoyo negro debería de verse como una imagen natural; el problema es que nunca habíamos visto uno antes.

Bouman ayudó a crear tres filtros de codificación que toman imágenes de simulaciones de hoyos negros, fotografías astronómicas, e imágenes comunes en la tierra; y las separan en un rompecabezas de millones de piezas. 

El algoritmo entonces se encarga de recopilar la información de los telescopios y utilizarla para armar una imagen a partir de las piezas de los tres filtros. Si la imagen de los tres grupos coincide, entonces puede confiarse en que es acertada.

Los resultados de los algoritmos fueron analizados por cuatro equipos separados para generar confianza en la veracidad de sus hallazgos.

“Somos un crisol de astrónomos, físicos, matemáticos e ingenieros, y eso es lo que se necesita para lograr algo que se creía imposible”, dice la Dr. Bouman.